martes, 6 de marzo de 2012

El Necronomicón




Sin duda uno de los más famosos libros inexistentes -y malditos- es el Necronomicón o “Libro de los Nombres Muertos” fruto de la notable fantasía de H. P. Lovecraft, esa obra es telón de fondo de sus relatos de terror y sus oníricos mundos de pesadilla, sabemos, obviamente, que no existe Arkham ni ninguna Universidad alli -en lógica consecuencia-, que es donde Lovecraft sitúa uno de sus escasos ejemplares, pero pese a todo hay quién insiste en dar vida al libro -aduciendo que Lovecraft deseaba desvelarlo mediante sus novelas- y decir que era real.

No obstante no cabe duda de que es invención de Lovecraft, es un relato sobre relato o meta-relato, pero el fenómeno parece interesante, tanto el que se refiere al contenido del "Libro de los nombres muertos" como las especulaciones sobre el mismo en el mundo real.

Veamos primero que datos ofrece H. P. Lovecraft a partir de un borrador que elaboró y tituló “Historia del Necronomicón”:

Cronología del Necronomicón

“Su título original es Al-Azif, siendo azif la palabra usada por los árabes para describir ese sonido nocturno (producido por los insectos) que supuestamente es el aullido de demonios.

Escrito por Abdul Alhazred, un poeta loco de Sanna, Temen, país que prosperó durante el período de los califas omeyas, aproximadamente en el 700 d.C. Visitó las ruinas de Babilonia y los secretos subterráneos de Menfis, y paso diez años en solitario en el gran desierto meridional de Arabia (el Roba El Khaliyeh o “espacio vacio” de los antiguos, y el desierto Dshns o “carmesí”, de los árabes modernos) que se considera habitado por espíritus custodios malignos y monstruos mortales. Los que fingen haber entrado en él cuentan muchas maravillas extraordinarias e increíbles de este desierto. En sus últimos años Alhazred vivió en Damasco, donde escribió el Necronomicón (Al-Azif), y de su muerte o desaparición (728 d. C.) se contaron cosas terribles y contradictorias. Ibn Khalikan (su biografo del siglo XII) dice que fue atrapado por un monstruo invisible a plena luz del día y devorado horriblemente ante un gran número de testigos paralizados por el terror. De su locura se cuentan muchas cosas. Afirmó haber visto la legendaria Irem, o Ciudad de los Pilares, y haber encontrado bajo las ruinas de una ciudad anónima del desierto los horribles secretos y anales de una raza más vieja que la humanidad. Tan solo era un musulmán corriente, que adoraba a entidades desconocidas que llamaba Yog-Sothoth o Cthulhu.

En el 950 d. C. el Azif, que había circulado considerablemente si bien de modo subrepticio entre los filósofos de la época, se tradujo en secreto al griego por Theodorus Philetas de Constantinopla con el título de Necronomicón. Durante un siglo impulsó a algunos experimentadores a realizar terribles tentativas, hasta que fue prohibido y quemado por el patriarca Miguel. Después de esto sólo se supo de él furtivamente, pero Olaus Wormius lo tradujo al latín en la Edad Media, y el texto en latín fue impreso dos veces; una en el siglo XV en letra gótica (evidentemente en Alemania) y otra en el XVII (probablemente en España). Ambas ediciones carecen de marcas de identificación, y se ha establecido su época y localización únicamente por medio de las pruebas tipográficas internas. La obra, tanto en latín como en griego, fue prohibida por el Papa Gregorio IX en 1232 poco después de su traducción al latín, lo que llama la atención.

El original árabe se perdió en la época de Wormius, como éste indica en su prefacio (hay, no obstante, un relato incierto acerca de un ejemplar secreto aparecido en San Francisco durante el presente siglo, para después perecer en las llamas) y nada se sabe de la copia griega (que fue impresa en Italia entre el 1500 y el 1550) desde el incendio de una librería de un vecino de Salem en 1692. Una traducción realizada por el Dr. Dee nunca llegó a imprimirse y sólo se conservan fragmentos recuperados del manuscrito original. De los textos en latín existentes, se sabe que uno (del siglo XV) está en el Museo Británico guardado bajo llave, mientras que otro (del siglo XVII) está en la Bibliothèque Nationale de París. En la Biblioteca Windener de Harvard, en la Biblioteca de la Universidad de Miskatonic en Arkham, y en la Biblioteca de la Universidad de Buenos Aires hay un ejemplar del siglo XVII. Probablemente existan en secreto muchas otras copias, y se rumorea con insistencia que una copia del siglo XV forma parte de la colección de un famoso millonario norteamericano. Un rumor aún más impreciso da fe de la preservación de un texto griego del siglo XVI en la familia Pickman de Salem; pero si se conservaba, desapareció con el artista R. U. Pickman, que desapareció en 1926. El libro está perseguido por las autoridades de la mayoría de los países, y por todos los estamentos de las organizaciones eclesiásticas. Su lectura provoca terribles consecuencias. Se dice que R. W. Chambers sacó la idea de su novela “El rey de amarillo” de los rumores de este libro (que conocen muy pocos entre el público en general).

CRONOLOGÍA

Uno – Abdus Alhazred escribe el Al-Azif en Damasco en el 730 d. C.
Dos – Theodorus Philetas lo traduce al griego como Necronomicón en el 950 d. C.
Tres – Quemado por el patriarca Miguel en el 1050 d. C. (el texto griego, el texto árabe ya ha desaparecido para entonces).
Cuatro – Olaus traduce el griego al latín, en el 1228 d. C.
Cinco – Prohibidas las ediciones en latín y griego por Gregorio IX, en el 1232 d. C.
Seis - ¿14..? Impresa una edición en letra gótica en Alemania.
Siete - ¿15..? Impresa una edición en griego en Italia.
Ocho - ¿16..? Impresa una edición en latín en España.”

(H.P. Lovecraft, El Necronomicón, páginas 251 y 252, Ediciones La Factoría de Ideas, Madrid, 2004).

La leyenda

De este material se hacen las leyendas, no existe la Universidad de Miskatonic ni ninguno de los manuscritos o impresos relatados, es todo fantasía de Lovecraft, no obstante, la fantasía se empeña a salir de su marco y se introduce en el del mito, naciendo así la leyenda urbana, poco aportaremos en ésta salvo señalar lo curioso del fenómeno que en sí misma constituye.

Algunos apuntes, el título Al-Azif se conoce su origen por el propio Lovecraft, en efecto alude al zumbido de ciertos insectos, sólo que es la onomatopeya que de ese sonido sacaba Lovecraft de... los recuerdos de los veranos de su infancia en Nueva Inglaterra, así mismo lo explico el autor. Es curiosa la mención al patriarca Miguel Cerulario, en efecto, sucedieron hechos notables en la Constantinopla de los años 1050 a 1054 pero fueron el cisma entre la Iglesia de Roma y la Ortodoxa griega a partir de la cuestión del filioque, lo que Cerulario hizo fue depositar en el altar de Hagia Sofia el texto con las bulas que excomunicaban a los legados papales que, a su vez, habían excomulgado al partriarca ecuménico. Este episodio histórico también es usado, curiosamente, a la hora de formular la cronología de otro texto imaginario, como es el Libro de Nod o “Evangelio de los Vampiros”, pero esa es otra historia...


Jorge Romero Gil



Bibliografía

AA.VV.: El Necronomicón, Ediciones La Factoría de Ideas, Madrid, 2004

Chupp, S. y Gragert, D., D.: El libro de Nod, Ediciones La Factoría de Ideas, Madrid.


 

1 comentario:

  1. Estimado Jorge. Genial. Estás hablando con un auténtico fan de los Mitos de Cthulhu y en general de toda la obra conocida del gran genio de Providence, Howard Philips Lovecraft. Todo un placer -cthulhuoidemente hablando, por supuesto- volver a recrearme con la lectura de este texto, que en gran parte ya había leído (aparte, jugaba a rol, como árbitro, precisamente a La Llamada de Cthulhu durante mi adolescencia hasta los 21 años). Ay, qué tiempos... Gracias. Iä, Shub-Niggurath! Chtlhu pfhtang!

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