martes, 19 de junio de 2012

El esoterismo en la Segunda Guerra Mundial




Es conocida la vertiente esotérica del régimen de la Alemania nacionalsocialista o, tal vez, sería más correcto decir, las creencias –más que aficiones- esotéricas de algunos de sus jerarcas –resulta paradigmático el caso de Heinrich Himmler- y como éstas se trasladan al esquema institucional del régimen nazi –en concreto, a un determinado departamento de las SS-.

Mitología e ideología

Además de eso es preciso mencionar los componentes auténticamente míticos y esotéricos de la ideología nacionalsocialista, buena parte de ello se refleja en “El Mito del Siglo XX” de Alfred Rosenberg, y el culto místico que allí expone a lo ario y al concepto de “sangre”, por encima del de “pueblo” e incluso, sorprendentemente en ese contexto, del de “raza”.

Pero este ambiente se extenderá hasta lo científico, además de crearse cosas como la llamada “ciencia racial” se cambiará hasta la cosmología, así pasará a ser aceptado como valido algo tan absurdo como la cosmología glacial de Hörbiger, basada en un Universo formado a partir de hielo primigenio. Mezclando, también, elementos de difícil catalogación como la llamada “ciencia de las runas”.

Antes del acceso al poder de Hitler, ya existía la "Sociedad Thule", dirigida por Rudolf Freiherr von Sebottendorff (en realidad era un "nombre artístico", su verdadero nombre era Adam Alfred Rudolf Glauer), teóricamente era una asociación cuyo fin era realizar estudios sobre la antigüedad alemana, eso derivó a un grupo ocultista de tintes racistas que apoyó activamente al “Partido Obrero Alemán”, transformado después por Hitler en el partido nazi. Existen más precedentes además de la “Sociedad Thule”, entre ellos pueden encontrarse a Guido von List y a su "ariosofismo", subvariante rocambolesca y racista de la teosofia de madame Blavatsky.

Esoterismo, superstición y preparativos bélicos

Con esos antecedentes no es de extrañar que poco antes de la guerra y ya estallada ésta ciertos mecanismos se pusiesen en marcha, en buena medida ignoramos el auténtico fin de los mismos o la importancia que se les asignaba, puesto que nos movemos entre la realidad, el mito y la leyenda, pero sí es cierto que hay pruebas de enigmáticas expediciones que, al parecer, buscaban hacerse con armas o apoyos poco convencionales, digamos que podríamos llamarlos “mágicos”

Adolf Hitler estaba parcialmente interesado en esos asuntos, se hizo, por ejemplo, con la punta de la supuesta lanza de Longinos, del tesoro de los Habsburgo, que, según la tradición, habría traspasado a Jesús. Pero era Heinrich Himmler, el Reichführer de las SS, quién estaba completamente obsesionado por lo esotérico y por las cuestiones "mágicas". Incluso creó, como se ha mencionado, un departamento o sección de las SS dedicado a esas cuestiones -la Deutsches Anhererbe, más conocida por Anhererbe a secas-. Tenía a su propio "Rasputin", que era Karl Maria Wiligut, y organizaba cosas como la búsqueda de los "Superiores desconocidos" de "Agharta" -de ahí que enviase curiosas expediciones al Himalaya- u objetos míticos como el Grial -ahí desempeñó un papel importante, hasta que murió en extrañas circunstancias (nada mistéricas, todo hace pensar que lo asesinaron) Otto Rahn- incluso una extraña visita de Himmler a Barcelona y al monasterio de Montserrat, el 23 de octubre de 1940, se relaciona con esa búsqueda.

La Ahnenerbe alcanzó el número de 43 departamentos, dedicados a cosas tan variadas como el yoga, zen, doctrinas esotéricas, influencias mágicas, expediciones regionales, estudios científicos, danzas populares y canciones tradicionales, estilos regionales, folklore, leyendas, geografía sagrada, ciencias paranormales, entre otras. Su símbolo era la runa de la vida.

Aunque mezclados en la Ahnenerbe, había departamentos que pretendían ser propiamente científicos y otros que eran ocultistas, estos últimos eran los que se dedicaban a todo lo relacionado a las actividades esotéricas.

Con el beneplácito o con el impulso de Himmler se realizaron expediciones que, en última instancia, pretendían descubrir rastros de la fabulosa Atlántida y/o de los atlantes, que se suponía por algunos dirigentes nazis eran el origen de los arios. El primer director de la Anhererbe, el profesor Hermann Wirth, erudito de muy heterodoxas convicciones, protagonizó expediciones en Escandinavia hasta 1936, a la búsqueda de arios y atlantes. El mismo leivmotiv tendría la expedición de Schäfer al Tibet, llevada a cabo entre abril de 1938 y mayo de 1939, así como la proyectada a Tiahuanaco que no pudo realizarse por el estallido de la guerra.

Aunque coincidente con la expedición de Schäfer en las fechas más ambigua en su finalidad es la expedición alemana a la Antártida, realizada entre diciembre de 1938 y abril de 1939. La protagonizó el MS Schwabenland -que significa Suabia-, un carguero adaptado para las condiciones de la Antártida y que podía transportar y catapultar hidroaviones, en concreto dos del modelo Dornier Do J. La expedición tenía por finalidad, además de realizar ciertas investigaciones y estudiar la viabilidad de instalar una factoría ballenera y una base naval, reclamar como propia una zona de la Antártida que los alemanes llamaron Nueva Suabia, hay que decir que esa reclamación nunca fue reconocida internacionalmente.

Pero hay varios puntos en que lo antártico coincide con elementos de la visión mítica y cosmológica nazi. Por una parte el papel de hielo, que en la cosmologia de Hörbiger se considera elemento creador junto con el fuego, así se suponía que el origen último de la raza aria serian embriones conservados en el hielo primigenio y que caerían en la Tierra en forma de protoplasma; respecto a esto Heinrich Himmler destinaba gran parte de los fondos de la Anhererbe a estudiar la influencia del eterno hielo cósmico en el pueblo germánico. Por otro lado, el Reichsführer de las SS, estaba convencido tanto de la existencia del mundo subterráneo de Agharta como de que en el residían los llamados “Superiores Desconocidos” que estarían vinculados con los arios, resulta que se suponía que alguna de las entradas a este mundo se encontraban en el ártico y en... la Antártida.

Teniendo en cuenta la coincidencia de esos dos puntos del “programa” de Heinrich Himmler con el ámbito geográfico de destino del MS Schwabenland, parece difícil que éste no tuviese como parte de su misión realizar trabajos en esos campos mitico-esotéricos.

Magia y guerra

Se sabe que, desde el lado alemán, existían intenciones de una "guerra secreta" de estilo “mágico” -otra cosa es que tuviese algún sentido desperdiciar medios y esfuerzos en esa línea, pero el caso es que se mantenía-. Himmler -el jefe de las SS, y prácticamente "segundo de abordo", pese a que habían muchos postulantes a ese puesto- era el “alma mater” de ese proyecto. Y quién creía firmemente la importancia de esos aspectos esotéricos. De hecho, él mismo, creía ser la reencarnación de un rey alemán, Enrique el Pajarero, y concebía a sus SS como una especie de versión contemporánea y pagana -vaya, del todo descristianizada- de lo que fue en su día la orden de los Caballeros Teutónicos.. En el fondo no era nada demasiado nuevo,
No se sabe exactamente que proyectos –unos más fantásticos que otros- maquinaban Himmler y su mago de cámara, Karl Maria Wiligut (alias Weisthor, Jarl Widar, Lobesam y Karl Maria Weisthor). Pero, parece seguro, que Himmler creía en la real existencia del mítico reino de “Agharta” y que su puerta de entrada, o una de ellas, se localizaba en el Tibet y en el Himalaya.

Resulta curiosa esa obsesión por la localización de puntos telúricos en estribaciones montañosas, entendiéndolos como lugares de poder cuando no el “Ombilicus Mundi”, así, por ejemplo, en plena guerra, se realizarán esfuerzos por alcanzar el pico más elevado del Cáucaso. Esa obsesión parece estar a medio camino de la idea de encontrar puertas dimensionales –en sentido estricto- y físicas –hacia reinos o potestades subterráneas-.

Por la misma vía irían los rumores de expediciones marítimas, más bien submarinas, realizadas por determinados U-Boot (el submarino de guerra estándar alemán) hacia América del Sur y la Antártida.

Lo cierto es que sí hubo alguna acción naval alemana en esa zona durante la guerra, así, por ejemplo, el 13 de enero de 1941, el buque corsario alemán Penguin abordó y capturó a dos barcos factorías noruegos que navegaban cercanos a la costa de Nueva Suabia, posteriormente capturó a otros tres barcos noruegos más y once balleneros.

El lado de los aliados

Sobre toda esa especie de "guerra secreta esotérica" hay mucha rumorología y pocas cosas contrastadas. Así, se dice que por parte británica, Aleister Crowley "asesoraba" a Churchill y era su "baza" -junto a otras figuras "esotéricas"- frente a los "magos" y "esoteristas" del Tercer Reich . Se sugiere que fue idea de Crowley el uso del pulgar levantado como señal de victoria, gesto que habría aconsejado al premier Churchill y que éste habría adoptado, de la misma manera que se incentivó su uso por parte de las tropas. Ese gesto se llamó “thumbs up” y acerca de él y su relación con la victoria publicó Crowley un pequeño manual, en verso, llamado Thumbs Up: A Pentagram – a Pentacle to win the war”, según Crowley debía distribuirse entre la tropa para su utilización.

El libro se publicó en 1941, encuadernado en color verde y con letras en rojo. Es una obra peculiar que contiene maldiciones publicadas de Aleister Crowley sobre Adolf Hitler. El trabajo se compone de cinco poemas de Crowley y tres páginas de prosa, todos ellos pretenden tener un significado que va más allá de su contenido literal. La obra se inicia con "El Pentagrama", le sigue "Inglaterra ¡estad firmes!", después "Toast (Batalla del Río de la Plata)", el "Himno para el pueblo estadounidense", "Himno" y “La religión de los muertos de la antigua Aeon de Osiris”.

Pero lo más interesante aparece al final de la obra y después del epígrafe "Contenidos", que es cualquier cosa menos un mero índice, allí se detalla la dedicatoria de cada una de las partes de su libro y finaliza, en la última página, aparece "Para Adolf Schicklgruber [Adolf Hitler] y / o a quien pueda interesar: recuerdos ....." a continuación figura una lista de ocho nombres que Crowley consideraba enemigos suyos, junto a la señal de una cruz de aquellos que ya habían fallecido. Se trata de una maldición en la que incluye a Hitler, de hecho, en “Contenidos”, el epígrafe "Para Adolf Schicklgruber” ocupa el lugar del ominoso "La religión de los muertos de la antigua Aeon de Osiris” bajo el que se detallan en el texto principal una serie de desastres bélicos, así ese lugar pasan a ocuparlo Hitler y los enemigos de Crowley, incluyendo los ya fallecidos, respecto a los cuales Crowley viene a insinuar que su muerte se debe a la maldición, bajo el listado figura el siguiente lema “Et illium generis defutati omnis turbam", que traducido libremente vendría a decir algo así como “Y de este género muera toda esta turba”, este es el parágrafo completo:  


TO ADOLF SCHICKLGRUBER
and/or whomsoeverit may concern:

REMEMBER
+ De Wend Fenton
+ Horatio Bottomley
+ Rigby Swift J.
William Cooper Hobbs
Edmund O'Connor
Martin O'Connor
+ James Douglas
+ Norman Mudd
Et illium generis defutati omnis turbam
Now, whereas

…........................................-................................................................................
….........................................................................................................................
….........................................................................................................................
…..........................................................................................................................
I, O.S.V., 6?=5? R.R. Et AC., Imperator, add to this list the name of
…..........................................................................................................................
…..........................................................................................................................

See Liber AL vel Legis cap III v. 42 and The Equinox Vol 1, No. 5 Supplement
La astrología tampoco quedaría al margen del conflicto, otras informaciones señalan que Hitler tenía un "astrólogo de cabecera” –Karl Ernst Kraff-, y que Winston Churchill, para saber que aconsejaría su astrólogo a Hitler, incorporó a los servicios secretos británicos a su propio astrólogo, Louis de Wohl, no porque necesariamente creyese el premier británico en la astrología -aunque al parecer consultó a un astrólogo durante la Primera Guerra Mundial- sino... para saber que le podría decir el astrólogo de Hitler a éste. Y, a partir de aquí, averiguar como esas "predicciones" podían condicionar las decisiones de Hitler.

No es una mala táctica, puesto que, sean ciertas o no las predicciones, dará una idea de lo que el que se lo cree puede o no puede hacer, por ejemplo, posponer una acción bélica o adelantarla.
Louis de Wohl era alemán de origen húngaro y austríaco, dado que tenía ascendencia judía la llegada al poder de Hitler le empujó a emigrar a Gran Bretaña dónde inició una nueva vida. Al estallar la guerra pasó a formar parte de la intelegencia británica y se le dio el rango de capitán. Pero de Wohl no comandó niada, al menos nada en el campo de batalla, lo que hizo fue dirigir la guerra psicológica contra los alemanes. Así se integró en la Special Operations Executive (SOE), y desde septiembre de 1940 se encargó del Departamento de Investigación Psicológica, formando parte del MI5 en Londres, dónde debía preparar predicciones astrológicas contra Alemania. Los archivos del MI5 sobre de Wohl –que en realidad se llamaba Ludwig von Wohl- se desclasificaron a finales del 2008.

Durante la guerra, de Wohl se convirtió en un personaje conocido en los pubs de Edgware Road de Londres, y su íntimo amigo Harry Etting recordaba sus grandes cigarros, sus trucos de cartas y su papel de cartas con encabezamiento de oro falso.

Un hombre inteligente y muy divertido a veces, de Wohl jugaba un papel protagonista en el "Equipo Negro" de Churchill (a menudo denominado en los documentos de guerra como el "Grupo de Negro"), que se dedicaba a generar propaganda y a distorsionar la verdad.

Una de las aportaciones más importantes del "Equipo Negro" tiene que ver con el uso de la información obtenida a partir del desciframiento de los códigos alemanes de "Enigma". De Whol construye una cortina de humo haciendo creer a los alemanes que los "aciertos" británicos a la hora de interceptar sus operaciones se debe a... la astrologia.

De los documentos desclasificados se concluye que el MI5 pensaba que Louis de Whol era, literalmente, un estafador y un charlatán, solo que resultaba ser uno útil, por eso le vistieron de capitán y le dieron una oficina y una secretaria en la
Oficina de Investigaciones Psicológicas, Sala 99 de Grosvenor House, Mayfair. 
 
¿Hasta que punto se llegó en una cosa y otra? Pues, resulta difícil saber hasta dónde, aún más en estos asuntos, de por sí mistéricos, en los que muchas veces se ignora dónde acaba el rumor y empieza la noticia.

Jorge Romero Gil

Bibliografía

Crowley, A.: Al Vel Legis, Ed. Ordo Templi Orientis, 1998

Crowley, A.: Thumbs Up: A Pentagram – a Pentacle to win the war, Ed. Ordo Templi Orientis, 1941

Rosenberg, A.: El mito del siglo XX, Ed. Wotan, 2002

Sala Rose, R.: Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo, Ed. Círculo de Lectores, Barcelona, 2005 

 

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