domingo, 18 de diciembre de 2011

Caos, bien y mal



No es la sociedad la que es un completo caos, el Universo entero lo es, en él domina el caos, la paradoja, la incoherencia y aún la contradicción pura. Las apariencias de "orden" son solo eso: apariencias. Mecanismos psicológicos que utilizamos para obtener una sensación de seguridad digamos que más reconfortante que enfrentarse a como funcionan las cosas, no es que sean innecesarios, pero cada cual tiene sus maneras de enfrentarse a la "realidad" -lo entrecomillo expresamente- la mía es asumiendo el caos –que no es sino la suma de todas las opciones, coherente e incoherentes, paradójicas y no paradójicas, contradictorias o no, artificiales o no-  y...con filosofía.


El papel de los “principios básicos”

La convivencia en sociedad la regulan las leyes y su aplicación, el Derecho y la Justicia (en cuanto Administración de Justicia) son lo que garantizan ese orden social establecido por convención. No lo hacen las valoraciones morales de cada cual, sea moral personal o colectiva. No existe el iusnaturalismo jurídico sí el positivismo jurídico.

 

¿Qué se definiría como "principios básicos" o hechos intrínsecamente malos y otros buenos? ¿hechos "autónomos" tal vez? No creo que haya tal cosa, cualquier hecho humano sea intrínsecamente lo que sea es fruto de una decisión que, en última instancia, es libre -por muy forzada que sea la circunstancia, siempre cabe la posibilidad de hacer o no hacer, aunque eso signifique en casos extremos, por ejemplo, jugarse la vida-.

Es la consecuencia de la acción emprendida tras la decisión lo que será bueno o malo -o bien absolutamente o bien relativamente, ahí sí entrarían los matices-, y quién toma la decisión y realiza la acción será responsable de la misma, sin duda alguna. 



La decisión, la acción y sus consecuencias

Por ejemplo, si se va por la calle y e ve a un sujeto que se desconoce se piensa "¿lo mato?" y se decide matarlo y, por tanto, se realiza la acción de matarlo tendrá una consecuencia "mala" de la que quién lo haya hecho será responsable, no hay ningún mal "externo", sino circunstancial: a partir de la situación que tú con tu decisión has creado.

Sin embargo si se va por la calle y se ve a un sujeto que se desconoce y se piensa "¿lo mato?" y simplemente se fantasea con ello, pero no se hace nada, la acción realizada -en este caso la inacción, a menos que se considere "acción" la fantasía elucubrada- no tendrá ninguna consecuencia "mala", es más, si mientras se está fantaseando con esa idea de homicidio se observa que el sujeto está a punto de ser atropellado y se le da un empujón para evitarlo, la decisión que ha llevado a esa acción tendrá una consecuencia "buena". En uno u otro caso el individuo será el mismo, sin embargo, las resultantes de sus acciones no, sus responsabilidades tampoco, las consecuencias serán diferentes y las circunstancias creadas por ellas... también.

El bien o el mal como circinstancias

Lo que no creo es que existan ni un "mal" ni un "bien" en cuanto "entes", como cosa "externa" e independiente a lo humano, sencillamente somos capaces de lo mejor y lo peor, pero...hacer lo mejor o lo peor será el fruto de nuestras decisiones, es decir, las consecuencias de las mismas.


Dicho de otra manera: tanto el "mal" como el "bien" anidan en nuestra naturaleza, pero no como entes sino como decisiones frente a ciertas circunstancias -que a su vez generan otras circunstancias y consecuencias-.

Si Hitler admitido o no en la Academia de Bellas Artes de Viena se hubiese dedicado a la pintura, tal vez hubiese sido un "respetable" ciudadano vienes, pintor de segunda o tercera fila, algo "excéntrico" con ciertas ideas políticas y "raciales" y... poco más, sin embargo... fue lo que fue.

Son las acciones -los actos- los que son buenos o malos...por sus consecuencias.



Jorge Romero Gil 


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