martes, 13 de diciembre de 2011

Presentación





Luz y oscuridad ¿Cuántas cosas pivotan alrededor de eso? Casi diríase que demasiadas. Demasiados “seres de luz”, demasiados “maestros de luz”, demasiadas hermandades “blancas y lumínicas”; demasiados “seres oscuros”, demasiados “profetas oscuros” y demasiados grupos de “negritud impenetrable”.

Bien mirado una y otra cosa no dejan ver. Mucha luz deslumbra, ninguna no permite discernir, ambas cosas enceguecen. Servidor, cuando menos, se siente mejor en la penumbra  y al calor de cierta lumbre –a fin de cuentas, según el "Zohar", Samael reina allí-.

Así que enfocaremos las cosas desde la penumbra, cosa que no deja de estar ligada, en cierto sentido, con la “dissémination” de Derrida, pero eso es otro asunto, aún siendo un asunto de límites y de lo sumamente aparentes que son estos.

Ni el bien ni el mal nos interesan, porque ninguna de ambas cosas es preexistente, ambas son circunstanciales y ninguna “entica” –cuando menos así se ve desde la penumbra-.

El mal o el bien son elementos fácticos, hechos, simples y puros hechos, y solo se materializan cuando se producen. Esto es algo tautológico pero entendemos que descriptivo.

Por eso mismo no interesan aquí, porque este espacio estará solo dedicado a exponer determinados pensamientos que se traducen en formas, y en fórmulas. En realidad, muy poco nos interesa si esas fórmulas funcionan o no, solo nos interesan los pensamientos –esa gnosis que es tan difícil de atrapar, aunque a veces pueda parecer fácil-, en primer lugar y, en segundo lugar, sus pensadores.

Pero queda un tercer lugar ¿no rezaba cierto dicho “no hay dos sin tres”? Ese tercer lugar lo destinaremos a la farándula, al teatro , de mejor o peor calidad. En definitiva, a aquellos que quieren hacer no que piensan, ni que conocen, sino que… saben. Y en cierta forma no engañan ¿acaso el saber engañar no es saber algo? Pero debe reconocerse que engañan en… que no hacen teatro –otra cosa es la calidad del mismo-.

Aquí solo expondremos, será una exposición subjetivamente objetiva –lo siento, no he podido resistirme, me encantan la paradoja y la contradicción ¡están tan cercanas al caos!-, que es otra manera de decir “tendecialmente objetiva” pero… necesariamente impregnada de la subjetividad de éste que os escribe.
Raramente se pronunciará en este espacio sentencia taxativa alguna, por dos motivos, el primero es de lógica lingüística: un relativista no puede dar un absoluto ni… negarlo, de ahí el “raramente”; el segundo motivo es filosófico: confieso abiertamente que os hablaré desde la “skepsis” (escepticismo, expongo la forma griega de la palabra para diferenciarlo de otro tipo de escepticismo que es el académico) y, en consecuencia, utilizando la “epoché” según un humilde servidor la entiende, esto es, ver las cosas “suspendido desde fuera” y poder introducirse así en su lógica interna –si acaso la tiene-. Sin duda habrá otras formas de entender la “skepsis” y aún más la “epoché”, pero os presento las mías y ya, por fin, os diré cuales serán los temas de este espacio, abrase el telón:

Os presento a la goecia, la teúrgia y… el teatro –porque hay cosas que son puro teatro, y otras que lo usan para disfrazar… lo que son, de todo hay en la viña del Señor, o eso dicen-. También habrá espacio para exponer el mito y la leyenda, eso sí, alrededor de esos temas.

Declarada la intención intentemos pasar a la acción y… cerremos la presentación –mil disculpas por el mal pareado, pero… no he podido contenerme, soy muy tentable-

No obstante, mis queridos lectores, recordad… Nos Somos legión

Saludos samaelicos


Jorge Romero Gil

13 de Diciembre de 2011 


 

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