lunes, 19 de diciembre de 2011

Motivaciones sobre la "Iglesia de Satán"



 Las motivaciones para los seguidores de Lavey y su "Iglesia de Satán" imagino que son las mismas que para adorar a cualquier otra deidad o ente, en ese sentido no puedo entrar mucho más allá porque servidor no ha sentido nunca esa necesidad -al menos hasta el momento presente.. Precisamente mi curiosidad por el tema se basa...en mi absoluta ausencia de problemas de fe -ausencia de problemas porque no siento la necesidad de tener fe en nada ni adorar a nadie-.

La fe como motivación
 
No veo ninguna diferencia entre adorar a Satán, adorar a Visnhú o a la Santísima Trinidad, lo único que se me ocurre al respecto es cierta necesidad de misticismo, cierta búsqueda de la propia "transcendencia" en algo ajeno, superior y "trascendente por sí mismo" -que asegura la propia trascendencia- y el miedo a lo transitorio -algo así como un "horror vacui" ante la pregunta ¿y después qué?-. Ante eso se busca un "Señor" que proteja y que además haga sentirse "importante" al siervo, en el fondo el vínculo es casi feudal: "tu me adoras yo te protejo y procuro que prosperes".

Pero todo esto es puramente especulativo por mi parte porque ni he experimentado ni entiendo la necesidad de la fe misma.

Una idea tabú
 
La particularidad que se expresa hacia Satán -en el sentido de generar rechazo, aversión, e incluso "repugnancia" y "miedo" me parece más el prejuicio cultural que todos compartimos -todos los que nos hemos criado bajo una cultura cristiana, con independencia de que seamos cristianos o no- hacia esa figura que otra cosa. 

Digamos que esa idea nos "choca" o da más "yuyu" que otras. Si alguien dice "soy hinduista" nadie se extraña demasiado, si alguien dice "soy satánico" se le mira con bastante prevención o se piensa directamente que esta loco.

Puede que lo éste, pero las mismas posibilidades hay de que exista Visnhu, sus avatares y el ciclo del Samsara, que de lo haga Satán, las potestades demoniacas y el reino del Averno. A mi parecer...ninguna, pero es que servidor ha hecho sus "apuestas", nada que decir respecto a las de los demás.

El caso de Lavey

 
El caso de Lavey me parece arquetípicamente estadounidense -en sentido sociológico- se inscribe en los movimientos contraculturales de los años sesenta y setenta del siglo XX, cuyo epicentro en los EE UU era, precisamente, California -más que New York-. Ya he indicado que en el fondo sólo reproduce esquemas y busca otro "Señor" del que erigirse en interprete -se hacia llamar "el Papa negro"-. 

En cierto ensayo de un corresponsal español en los EEUU leí sobre la religiosidad en ese país que, en opinión del autor del ensayo, los EE UU se consideraban "el país de Dios" pero...no importaba demasiado cual fuese el Dios que cada cual adorase, por eso Lavey, en realidad, no inquieta nada y se integra perfectamente: tiene su Dios y lo proclama.

¿Qué aporta el adorar a Satán que no aporte adorar a Jesucristo? Nada -en mi opinión subjetiva-, ni el adorar a uno u otro, tirando a largo la sensación de tranquilidad espiritual o de "ser elegido" que pueda obtener el adorador, pero eso es un mecanismo psicológico interno de quién adora, no algo relativo a los "beneficios" que pueda otorgar la supuesta divnidad "adorada" y "servida".

Personalmente -y, por lo tanto, vuelvo a ser subjetivo- no creo que el "bien" o el "mal" sean "entes" dependientes de ciertas "potestades" -en el caso de nuestra cultura Dios y el Diablo-, he hablado de eso en otro hilo, y pienso que el mal o el bien son completamente humanos, de hecho, cualquier humano es capaz de hacer lo peor o lo mejor, exactamente la misma persona. Porque el mal o el bien son circunstanciales, son el fruto de las decisiones que se toman, de las acciones que se emprenden a partir de ellas y de las consecuencias que se deriven. Ni más ni menos...a mi parecer.

"Hacer el mal y la línea del bien" ¿qué es el "mal" y qué es el "bien"? Mi respuesta es que no tienen identidad propia -en ese sentido "no son"- tienen -uno y otro-...nuestra identidad, porque son humanos y bien humanos y...sólo humanos.

 
Bibliografía

Lavey, Anton Szandor: La Biblia satánica, Editorial Martínez Roca, 2008.

Urbano Calle, Emilio: Adoradores del diablo: De la Biblia a las sectas satánicas, Editorial Oberon, 2003.

Iglesia de Satán http://www.churchofsatan.com/Pages/WelcomeSp.html
 
 
Jorge Romero Gil 
 
 
 

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