Hay puertas que no deben ser abiertas, me lo dijeron no hace mucho, y se equivocaron, lo que hay son cajas que es conveniente no abrir, las puertas y ventanas, por el contrario, están para abrirse y cerrarse, ambas cosas para entrar y salir, las puertas para que entre y salga alguien, las ventanas para que entre y salga algo, suele ser lo usual, exceptis excipiendis, naturalmente.
Es curioso, hay quién quiere jugar sin jugar. Eso no es jugar, se juega apostando, sin apuestas, sin ganar o perder, no hay juego, no vale apostar guisantes o garbanzos o ganar o perder una de esas estatuillas de plástico barato -¿algún plástico es caro?- que imitan las de los premios “Oscar” que… se parecían a un tal “Oscar” sobrino o amigo de no recuerdo quién –uno lleva demasiado tiempo andando y dando vueltas por el mundo para recordarlo todo-. No vale jugar sin valor –valor en cuanto a valía no en cuanto a valiente, aunque hay quién se confunde, mal asunto esa confusión, acaba uno apostando por la “adrenalina”, a servidor solo le sube la adrenalina el… ganar en el juego-, o se juega o no se juega.
Claro que hay juegos y juegos, esta el de las casitas, por ejemplo, ¿a fin de cuentas no es jugar a las casitas usar el “feng shui”? Está bien, viste, da un toque sapiencial exótico y hasta puede que esotérico.
Lamentablemente –o no-, no es esotérico, en ningún sentido, por una parte es exotérico, por otra no es nada sapiencial, no otorga “gnosis”, vale, es más humilde eso que la sabiduría pero es a lo que podemos aspirar los humanos, tirando a largo a la “gnosis” es vanidad aspirar a la sabiduría, y lo es porqué nunca se alcanzará.
La “gnosis” puede alcanzarse parcialmente y hasta de tan solo algunas cosas o cuestiones, la sabiduría no, o es completa o no es, y me temo que los humanos no tenemos capacidades absolutas, luego es imposible alcanzar una plenitud, luego es imposible alcanzar la sabiduría.
Pero siempre se puede jugar a las casitas y mirar por la ventana, no abrirla, no vaya a ser que entre o salga algo, y las puertas… ¡cuidado! Solo las conocidas ¿y qué conoce quién no tiene “gnosis”? De entrada poco, de salida –hablando de puertas- ni tan siquiera conoce su ausencia de conocimiento, pero algo siempre hay: el te con de la tarde y el jugar a las casitas. Y eso está bien, si conduce a la eudaimonia –o a su ilusión- ¿es acaso criticable?
Normalmente no enjuicio nada –que no me paguen por enjuiciar y tenga obligación de hacerlo-, pero criticar no es enjuiciar, es solo señalar, y eso sí puedo hacerlo, es más, la crítica observadora puede permitirse el lujo de no ser valorativa, y esa es la crítica que yo puedo realizar –es la que permite la “skepsis”- y que me apetece realizar.
Así que, si se me permite, diré que no hay tabúes y que no hay puertas que no estén hechas para abrirse y cerrarse, otra cosa es… como abrirlas y cerrarlas y que, cierto es, existe una acción que es la inacción, lo cual, a su vez, también produce ciertos resultados, por ejemplo, mantener un tabú o un enigma en la condición de tales, pero eso va a gusto del consumidor, en este de quién crea o mantiene la creación de las cosas que somos… nosotros.
Que no se me entienda mal, siempre hablo de creación semántica –me da igual la forma de lenguaje- porque ¿acaso hay otra forma de creación?
Tengo “mi” respuesta, no “la” respuesta, pero no tendría gracia darla, lo único que tiene gracia es jugar, así es que, señoras y señores, pasen y jueguen… hagan sus apuestas… “ne va pas”
Hay puertas que no deben ser abiertas... dicen
Aunque siempre nos quedarán los espejos, pero ese es otro tema -Dodgson hizo sus exploraciones, pero hay más-
Jorge Romero Gil
P.D: esto tiene la intención de ser una pequeña reflexión, por ello mismo no hay bibliografía, seria absurdo ponerla y… vano
me recuerda la última imagen de una puerta con dos paredes... del libro Alquimia y Mística de Taschen...
ResponderEliminarHola Diego,
ResponderEliminarNo conozco el libro que mencionas, gracias por la referencia. Este artículo lo hice como reflexión a un comentario que me hicieron al entender que me metía en temas "turbios", me hizo gracia porque la persona que lo realizó buceaba en cosas digamos que "esotéricas blancas" y se asustaba al plantear cosas que le parecían "oscuras". No creo que haya que asustarse de nada, digamos que no creo en los tabues.
Un saludo