Últimamente estoy con Mr. Crowley, sus textos son bastante interesantes -más que los del fantoche de Lavey-. Aquí se tratará también sobre el tema de la goecia, de Mr. Crowley pero no sólo de él, no obstante comienzo citando una invocación preliminar de Aleister Crowley, aquí va:
"Tú que eres Yo, más allá de todo lo que soy
Que no tienes naturaleza ni nombre
Que existes cuando todo, excepto Tú, ha desaparecido,
Tú, centro y secreto del Sol,
Tú, primavera oculta de todas las cosas conocidas
Y desconocidas, Tú distante, solo
Tú, el auténtico fuego interior
que obsesiona y engendra, fuente y semilla
De la vida, el amor, la libertad y la luz,
Tú que estás más allá de la palabra y de la vista
Te invoco, mi tenue y fresco fuego
Encendido al que aspiro.
Te invoco, perdurable,
Tú, centro y secreto del Sol,
Y de ese misterio sagrado
Del que yo soy el vehículo.
Aparece, el más terrible y el más dulce,
Como es lícito, en tu hijo.
Porque del Padre y del Hijo
El Espíritu Santo es la norma;
Masculino-femenino, quintaesencia, único,
El hombre-ser velado en la mujer-forma
Gloria y adoración en las alturas
Tú, Paloma, humanidad que deifica
En esa carrera, corres espléndidamente
Hacia el sol primaveral
Atravesando las tormentas del verano.
¡Gloria y adoración a Él,
jugo de la ceniza del mundo, árbol prodigioso!
¡Gloria a Ti desde la Tumba Dorada,
Gloria a Ti desde el vientre preñado,
Gloria a Ti desde la tierra no trabajada!
¡Gloria a Ti, desde el voto de virginidad!
¡Gloria a Ti, auténtica Unidad
de la Trinidad Eterna!
Gloria a Ti, Tú padre y dique
Y Yo de yo soy lo que soy.
¡Gloria a Ti, Sol Eterno,
Uno en Tres y Tres de Uno!
¡Gloria y adoración a Ti
jugo de la ceniza del mundo, árbol prodigioso!"
Esta es otra invocación de Crowley, aparece en sus "Oráculos", según dice se basa en algunas fórmulas mágicas que usaba la Orden Hermética de la Aurora-
Oh, Yo Divino! ¡Oh, Señor vivo de Mí!
¡Oh, llama que brilla por sí misma!
Engendra en el más allá.
Inmaculada Cabeza de Dios, Lengua de fuego giratoria
Encendida por esa luz inconmensurable,
El ilimitado, el inmutable. Ven,
Dios mío, mi amante, espíritu de mi corazón,
Corazón de mi alma, virgen blanca del Alba,
Mi reina de todas las perfecciones, ven
De tu morada más allá de los Silencios
Hasta mí, el prisionero, el hombre mortal,
Enterrado en esta arcilla; ven, te pido, a mí,
Inicia mi alma apresurada; acércate
Y deja que brille la gloria de Tu Cabeza de Dios
Y que llegue hasta la tierra, Tu escabel ...
Tú Ángel Regio de mi Voluntad Más Elevada,
Forma en mí espíritu un fuego más sutil
De dios y podré entender mejor
La sagrada pureza de Tu divina
Esencia. Oh, Reina, oh, Diosa de mi vida,
Luz no engendrada, chispa centelleante
Del Todo-Yo. Oh, Santa, santa Esposa
Del pensamiento más celestial, ¡ven! Te pido
Y manifiéstate ante tu adorador.
¡Mi Yo real! Ven, oh deslumbrador,
Envuelto en la Gloria del Santo Lugar
Cuando Te llamo; ven a mí
E impregna mi ser hasta que mi cara
Crille con el reflujo de Tu luz, hasta que mi frente
Refulja con Tu símbolo estrellado, hasta que mi voz
Alcance al Inefable; ven, te pido,
Y haz que sea Uno contigo; que todos mis actos
Lancen destellos de la sagrada influencia;
Y que al final haya merecido la pena
Sacrificar ante el Santo ...
¡Eca, zodocare, Iad, goho,
Torzodu odo Kikale qaa!
¡Zodocare od zodameranu!
¡Zodorje, lape zodiredo Ol
Noco Mada, das Iadapiel!
¡Ilas! ¡Hoatahe Iaida!
¡Oh, coronado con la luz de las estrellas!
¡Alado con esmeraldas Más Anchas que el Cielo!
¡De un azul más profundo que el abismo de agua!
¡Oh, Tú, llama que lanzas destellos por todas
las cavernas de la noche,
lenguas que provienen de lo inconmensurable
y, a través de los brillantes excesos,
llegan a lo inefable. ¡Oh Sol Dorado!
¡Gloria vibrante de mi Yo más Elevado!
He oído tu Voz resonar en el Abismo:
“Soy el único Ser en las profundidades
de la Oscuridad; déjame levantarme y ceñirme
Para pisar el Sendero de la Oscuridad; acaso así
Pueda llegar a la luz. Porque del Abismo
Viene antes de mi nacimiento: Por todos los confusos
Pasadizos y el silencio del sueño primigenio.
Y Él, la Voz de las Edades, me contestó y dijo:
¡Observa! ¡Porque Yo soy El que formula
En la Oscuridad! ¿Hijo de la Tierra! La luz brilla
En la Oscuridad, ¡pero la oscuridad no entiende
Los rayos de esa luz de iniciación!
... No me dejes solo
¡Oh, Espíritu Santo! Ven y consuélame,
Muéstrame, pon de manifiesto
a Osiris ante este mundo lloroso; que yo
sea elevado hasta la Cruz del Dolor
y sacrificado para atraer a toda la humanidad
y a todo germen de materia viva
tras de mí hasta el inefable
Reino de la Luz. ¡Oh, Santa, Santa Reina!
Que tus anchas alas me protejan ...
¡Yo soy la Resurrección y la Vida!
El que reconcilia la Luz y las Tinieblas,
El Salvador de las cosas mortales,
La Fuerza que se manifiesta en la Materia,
El Dios que se manifiesta en la carne.
Estoy por encima y entre los Santos.
El sufrimiento me ha purificado por completo.
Completamente perfecto en el sacrificio místico
Y en el conocimiento de mi Yo.
El glorificado por la adversidad es mi Nombre.
El Salvador de la Materia es mi Nombre.
Veo que la oscuridad cae como cae la luz.
Veo las Edades que corren como un torrente
Y me sobrepasan; y como si fueran una vestidura,
Me sacudo las adheridas camisas del Tiempo.
Mi lugar ya está fijado en el Abismo,
Más allá de todos los Soles y Estrellas.
YO SOY la Resurrección y la Vida.
¡Santo eres Tú, Señor del Universo!
¡Santo eres Tú, al que no ha formado la Naturaleza!
¡Santo eres Tú, el Inmenso y poderoso!
¡Oh, Señor de la Oscuridad,
Oh, Señor de la Luz!
"Tú que eres Yo, más allá de todo lo que soy
Que no tienes naturaleza ni nombre
Que existes cuando todo, excepto Tú, ha desaparecido,
Tú, centro y secreto del Sol,
Tú, primavera oculta de todas las cosas conocidas
Y desconocidas, Tú distante, solo
Tú, el auténtico fuego interior
que obsesiona y engendra, fuente y semilla
De la vida, el amor, la libertad y la luz,
Tú que estás más allá de la palabra y de la vista
Te invoco, mi tenue y fresco fuego
Encendido al que aspiro.
Te invoco, perdurable,
Tú, centro y secreto del Sol,
Y de ese misterio sagrado
Del que yo soy el vehículo.
Aparece, el más terrible y el más dulce,
Como es lícito, en tu hijo.
Porque del Padre y del Hijo
El Espíritu Santo es la norma;
Masculino-femenino, quintaesencia, único,
El hombre-ser velado en la mujer-forma
Gloria y adoración en las alturas
Tú, Paloma, humanidad que deifica
En esa carrera, corres espléndidamente
Hacia el sol primaveral
Atravesando las tormentas del verano.
¡Gloria y adoración a Él,
jugo de la ceniza del mundo, árbol prodigioso!
¡Gloria a Ti desde la Tumba Dorada,
Gloria a Ti desde el vientre preñado,
Gloria a Ti desde la tierra no trabajada!
¡Gloria a Ti, desde el voto de virginidad!
¡Gloria a Ti, auténtica Unidad
de la Trinidad Eterna!
Gloria a Ti, Tú padre y dique
Y Yo de yo soy lo que soy.
¡Gloria a Ti, Sol Eterno,
Uno en Tres y Tres de Uno!
¡Gloria y adoración a Ti
jugo de la ceniza del mundo, árbol prodigioso!"
Esta es otra invocación de Crowley, aparece en sus "Oráculos", según dice se basa en algunas fórmulas mágicas que usaba la Orden Hermética de la Aurora-
Oh, Yo Divino! ¡Oh, Señor vivo de Mí!
¡Oh, llama que brilla por sí misma!
Engendra en el más allá.
Inmaculada Cabeza de Dios, Lengua de fuego giratoria
Encendida por esa luz inconmensurable,
El ilimitado, el inmutable. Ven,
Dios mío, mi amante, espíritu de mi corazón,
Corazón de mi alma, virgen blanca del Alba,
Mi reina de todas las perfecciones, ven
De tu morada más allá de los Silencios
Hasta mí, el prisionero, el hombre mortal,
Enterrado en esta arcilla; ven, te pido, a mí,
Inicia mi alma apresurada; acércate
Y deja que brille la gloria de Tu Cabeza de Dios
Y que llegue hasta la tierra, Tu escabel ...
Tú Ángel Regio de mi Voluntad Más Elevada,
Forma en mí espíritu un fuego más sutil
De dios y podré entender mejor
La sagrada pureza de Tu divina
Esencia. Oh, Reina, oh, Diosa de mi vida,
Luz no engendrada, chispa centelleante
Del Todo-Yo. Oh, Santa, santa Esposa
Del pensamiento más celestial, ¡ven! Te pido
Y manifiéstate ante tu adorador.
¡Mi Yo real! Ven, oh deslumbrador,
Envuelto en la Gloria del Santo Lugar
Cuando Te llamo; ven a mí
E impregna mi ser hasta que mi cara
Crille con el reflujo de Tu luz, hasta que mi frente
Refulja con Tu símbolo estrellado, hasta que mi voz
Alcance al Inefable; ven, te pido,
Y haz que sea Uno contigo; que todos mis actos
Lancen destellos de la sagrada influencia;
Y que al final haya merecido la pena
Sacrificar ante el Santo ...
¡Eca, zodocare, Iad, goho,
Torzodu odo Kikale qaa!
¡Zodocare od zodameranu!
¡Zodorje, lape zodiredo Ol
Noco Mada, das Iadapiel!
¡Ilas! ¡Hoatahe Iaida!
¡Oh, coronado con la luz de las estrellas!
¡Alado con esmeraldas Más Anchas que el Cielo!
¡De un azul más profundo que el abismo de agua!
¡Oh, Tú, llama que lanzas destellos por todas
las cavernas de la noche,
lenguas que provienen de lo inconmensurable
y, a través de los brillantes excesos,
llegan a lo inefable. ¡Oh Sol Dorado!
¡Gloria vibrante de mi Yo más Elevado!
He oído tu Voz resonar en el Abismo:
“Soy el único Ser en las profundidades
de la Oscuridad; déjame levantarme y ceñirme
Para pisar el Sendero de la Oscuridad; acaso así
Pueda llegar a la luz. Porque del Abismo
Viene antes de mi nacimiento: Por todos los confusos
Pasadizos y el silencio del sueño primigenio.
Y Él, la Voz de las Edades, me contestó y dijo:
¡Observa! ¡Porque Yo soy El que formula
En la Oscuridad! ¿Hijo de la Tierra! La luz brilla
En la Oscuridad, ¡pero la oscuridad no entiende
Los rayos de esa luz de iniciación!
... No me dejes solo
¡Oh, Espíritu Santo! Ven y consuélame,
Muéstrame, pon de manifiesto
a Osiris ante este mundo lloroso; que yo
sea elevado hasta la Cruz del Dolor
y sacrificado para atraer a toda la humanidad
y a todo germen de materia viva
tras de mí hasta el inefable
Reino de la Luz. ¡Oh, Santa, Santa Reina!
Que tus anchas alas me protejan ...
¡Yo soy la Resurrección y la Vida!
El que reconcilia la Luz y las Tinieblas,
El Salvador de las cosas mortales,
La Fuerza que se manifiesta en la Materia,
El Dios que se manifiesta en la carne.
Estoy por encima y entre los Santos.
El sufrimiento me ha purificado por completo.
Completamente perfecto en el sacrificio místico
Y en el conocimiento de mi Yo.
El glorificado por la adversidad es mi Nombre.
El Salvador de la Materia es mi Nombre.
Veo que la oscuridad cae como cae la luz.
Veo las Edades que corren como un torrente
Y me sobrepasan; y como si fueran una vestidura,
Me sacudo las adheridas camisas del Tiempo.
Mi lugar ya está fijado en el Abismo,
Más allá de todos los Soles y Estrellas.
YO SOY la Resurrección y la Vida.
¡Santo eres Tú, Señor del Universo!
¡Santo eres Tú, al que no ha formado la Naturaleza!
¡Santo eres Tú, el Inmenso y poderoso!
¡Oh, Señor de la Oscuridad,
Oh, Señor de la Luz!
Bibliografía
Goetia. Compiled and translated by S.L. MacGregor Mathers Editing and Additional Material by Aleister Crowley
Regardie, I., La Aurora Dorada. Un Compendio de las enseñanzas, ritos y ceremonias de la Orden de la Aurora Dorada. Revisada y aumentada. Editada en cuatro volumenes. Luis Carcamo Editor, Madrid.
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